JUNTA DE ANDALUCÍA

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Consejería de Educación

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miércoles, 18 de abril de 2018

COMENTARIO DE TEXTO SOBRE KANT

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TEXTO.
"Así pues, el valor moral de la acción no reside en el efecto que de ella se espera, ni tampoco, por consiguiente, en ningún principio de la acción que necesita tomar su fundamento determinante en ese efecto esperado, pues todos esos efectos -el agrado del estado propio, o incluso el fomento de la felicidad ajena- pudieron realizarse por medio de otras causas, y no hacía falta para ello la voluntad de un ser racional, que es lo único en donde puede, sin embargo, encontrarse el bien supremo y absoluto.
Por tanto, no otra cosa, sino solo la representación de la ley en sí misma -la cual desde luego no se encuentra más que en el ser racional-, en cuanto que ella y no el efecto esperado es el fundamento determinante de la voluntad, puede constituir ese bien tan excelente que llamamos bien moral, el cual está presente ya en la persona misma que obra según esa ley, y que no es lícito esperar de ningún efecto de la acción".
INMANUEL KANT, Fundamentación de la metafísica de las costumbres. 

COMENTARIO.
El tema sobre el que Kant reflexiona en este texto es el sentido de bien moral.
La ética kantiana no es una ética consecuencialista, en el sentido de que él no cree que haya que perseguir unos fines para ser feliz. Ni cree que lograr o no estos fines sea la razón de que nuestros actos se califiquen como buenos o como malos. De ahí la primera idea importante de este texto : "el valor moral de la acción no reside en el efecto que de ella se espera". A veces nuestros actos originan consecuencias desagradables, pero no por eso son malos desde el punto de vista moral. Decir la verdad a veces hace daño a otros, no todo el mundo acepta las verdades con madurez y valentía. Sin embargo, desde el punto de vista kantiano, decir la verdad es una obligación moral, porque no debemos infantilizar a los otros, porque debemos tratar a la humanidad como mayores de edad.
La ética kantiana es una ética a priori, porque lo que hace bueno un acto es la buena voluntad y así lo encontramos en la segunda idea importante de este texto: "la voluntad de un ser racional es lo único en donde puede encontrarse el bien supremo y absoluto". Y es que puede haber muchos motivos para cumplir la ley. Puede uno buscar la aprobación de los demás, puede temer al castigo en caso de que se incumpla. Podemos actuar buscando un interés egoísta o por miedo a las consecuencias de nuestros actos. En estos casos nuestros actos no son morales, según Kant, porque no es lo mismo la legalidad que la moralidad. Para ser legales nos basta cumplir la ley, no importan los motivos de este cumplimiento. Para no ser multados por un agente de tráfico, nos basta cumplir las normas de circulación, como ponernos el cinturón de seguridad, conducir a la velocidad debida, etc... Pero para ser morales se requiere algo más: el respeto a la ley, tal y como se nos dice en otra de las frases claves de este texto "solo la representación de la ley en sí misma es el fundamento determinante de la voluntad, puede constituir ese bien que llamamos bien moral". Y respetar la ley no es lo mismo que limitarse a cumplirla. Respetar la ley implica una madurez y una talla moral no al alcance de la mayoría de los mortales. Respetar la ley es cumplirla por el convencimiento de que una ley representa la voluntad general, por el convencimiento de que así ha de ser.
Y es que el principal objetivo de la ética kantiana es ilustrar al pueblo, hacerlo pensar por sí mismo, sin ayuda de tutores, de forma autónoma y venciendo las cadenas que nos mantienen en una perpetua minoría de edad, como la pereza, la costumbre, la cobardía. Kant quiere personas libres y solo se puede alcanzar la libertad desde la autonomía moral.






miércoles, 11 de abril de 2018

COMENTARIO DE TEXTO SOBRE EPICURO

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TEXTO.
"Pues actuamos siempre para no sufrir dolor ni pesar, y una vez lo hemos conseguido ya no necesitamos de nada más (...). Por eso decimos que el placer es el principio y fin del vivir feliz. Pues lo hemos reconocido como bien primero y connatural, y a partir de él hacemos cualquier elección o rechazo, y en él concluimos cuando juzgamos acerca del bien, teniendo la sensación como norma o criterio. Y puesto que el placer es el bien primero y connatural, no elegimos cualquier placer, sino que a veces evitamos muchos placeres, cuando de ellos se sigue una molestia mayor. Consideramos que muchos dolores son preferibles a los placeres, si, a la larga, se siguen de ellos mayores placeres. Todo placer es por naturaleza un bien, pero no todo placer ha de ser aceptado. Y todo dolor es un mal, pero no todo dolor ha de ser evitado siempre. Hay que obrar con buen cálculo en estas cuestiones, atendiendo a las consecuencias de la acción, ya que a veces podemos servirnos de algo bueno como de un mal, o de algo malo como de un bien".
EPICURO, Carta a Meneco.
COMENTARIO. 
En este texto se plantea el tema de la felicidad. 
Epicuro, como todo hedonista, considera que la felicidad consiste en el placer. De ahí la primera idea fundamental de este texto "el placer es el principio y fin de la vida feliz". La ética de Epicuro es una ética teleológica ya que considera que el bien consiste en alcanzar un fin: la felicidad. Y cree que esta consiste en algo concreto: el placer.
Pero Epicuro no cree que sea válido cualquier placer "no elegimos cualquier placer". A Epicuro no le valen todos los placeres, sino que siempre buscará los placeres más duraderos y antepondrá siempre los placeres intelectuales a los sensibles por la sencilla razón de que los placeres sensibles son efímeros y él siempre va a buscar lo que permanece en el ánimo, el placer que se instala en el ánimo y nos produce una sensación de serenidad o ataraxia.
Y para lograr ese estado, a veces hay que soportar dolores pasajeros, porque aunque por dolor se entienda un mal "no todo dolor ha de ser evitado siempre". Imaginemos que mañana nos examinamos de Filosofía y nos jugamos aprobar o suspender la asignatura. Imaginemos que, por desafortunada coincidencia, esta noche se presenta una fiesta en la que estoy segura de encontrar a las personas que más deseo ver en estos momentos y a las que no veo desde hace tiempo. ¿Qué debo hacer? 
Puedo decidir ir a esa fiesta aún a riesgo de suspender la asignatura o puedo privarme de la fiesta para asegurar mi aprobado. 
Si nos dejáramos llevar por la búsqueda del placer del instante, sin lugar a dudas iríamos a esa fiesta y nos convenceríamos con argumentos tales como "solo se vive una vez", "carpe diem" o similares. Pero lo cierto es que, si suspendo ese examen, me voy a pasar un verano angustiada en el que no dejaré de arrepentirme por haberme dejado llevar por un impulso momentáneo. 
Por el contrario, si acepto el dolor que me supone privarme de esa fiesta, seguramente aprobaré y me pasaré el verano agradeciendo mi capacidad de autocontrol, porque un verano entero dura mucho más que una fiesta y es mucho mayor el tiempo de goce que el de sufrimiento. Esta sería la opción de Epicuro porque cree que "no todo placer ha de ser aceptado".
De ahí que lo importante para un buen epicúreo sea saber calcular los placeres, valorando las consecuencias de cada uno: "Hay que obrar con buen cálculo, atendiendo a las consecuencias de la acción".
 

miércoles, 4 de abril de 2018

COMENTARIO DE TEXTO SOBRE ARISTÓTELES

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TEXTO.
"El que huye de todo y tiene miedo y no resiste nada, se vuelve cobarde; el que no teme absolutamente a nada y se lanza a todos los peligros, temerario; asímismo, el que disfruta de todos los placeres y no se abstiene de ninguno, se hace licencioso, y el que los evitó todos como los rústicos, una persona insensible. Así pues, la moderación y la virilidad se destruyen por el exceso y por el defecto, pero se conservan por el término medio".
ARISTÓTELES, Ética nicomaquea 

COMENTARIO
El tema que en este texto se plantea Aristóteles es el significado de la virtud. 
Aristóteles pensaba que lo que nos hace propiamente humanos es nuestra capacidad de reflexionar,ya que el ser humano es el único ser que tiene alma racional y lo propio de esta es buscar la sabiduría. Pero la sabiduría aristotélica no debe aplicarse solo al ámbito del conocimiento sino que tiene fundamentalmente un sentido práctico: la sabiduría es la prudencia. Solo la prudencia nos puede llevar a la justicia y solo actuar justamente nos puede conducir a la felicidad.
Pero, ¿en qué consiste "actuar justamente"? Aristóteles responderá que la justicia consiste en la capacidad de encontrar en cada momento y situación el término medio. De ahí la frase más importante de este texto "La moderación y la virilidad se conservan por el término medio". Por eso nos dice que debemos evitar siempre los extremos, tanto el extremo de quien se excede en su conducta, del que peca por exceso, como el extremo de quien no se atreve a nada, del que peca por defecto. 
Por eso la sabiduría va a consistir en saber establecer en cada momento, en cada situación y en cada persona ese justo medio, que no es el mismo para todos porque evidentemente va a depender de nuestro temperamento y de las circunstancias del momento y del lugar.